13 de diciembre de 2009
Sociología del resentimiento
Más duro que ser un Manolo PYMSC es ser hijo de un Manolo PYMSC. Acabo de leer
un más que interesante artículo que ya empieza a enfocar el tema desde
la perspectiva humanística que venía yo pidiendo. Hablan varios expertos, primero el sociólogo José Félix Tezanos:
Vivíamos en un mundo con grandes agarraderas vitales, como eran el trabajo y la familia, y con un sistema de identidades fuertes (patria, religión, clase social). Hoy, por el contrario, las tasas de nupcialidad han caído enormemente, mucha gente no tiene familia a la que recurrir, la mitad de las parroquias en España ya no tienen ni siquiera cura y se descree profundamente de las ideas políticas. [...] Imperan pareceres, impresiones y tendencias que proporcionan las tres g: generación, gusto y género. La gente se relaciona con personas de su misma edad, con aficiones similares y de su mismo sexo. [...] Estamos a las puertas de un cambio de una hondura espectacular.
Sigue el artículo diciendo que aquí habrá "consecuencias imprevisibles".
Se nota aún una cierta ignorancia de la historia. Yo sabéis que soy más del parecer de T.S. Eliot: el futuro está "en el pasado contenido".
Por eso me gusta la reflexión que hace Andrew Richards. Plantea la situación actual de resentimiento generalizado y habla, atendiendo a lo que ha sucedido otras veces, de dos fases:
- Apatía política con grandes tasas de abstención.
- Apoyo a ideologías totalitarias.
Por el momento, considero acabados el feminismo, el multiculturalismo, el orgullo gay y toda la ferralla progre. Si vamos a currar como hormigas, ya pueden dejar de desfilar con las plumas. El problema es que creo que ahí no se va a detener el proceso, o bien se impone en Occidente una tecnocracia estajanovista con puño de hierro, o en 25 años a lo sumo van a correr ríos de sangre del Mediterráneo al Báltico.
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© A. Noguera