13 de febrero de 2003
El fielato en La Horda, de Blasco Ibáñez
"Yo he visto este fielato en lo que ahora es Glorieta de Bilbao, y por allí corrían los conejos". Esta frase es de un personaje de La horda, la novela que ahora me estoy leyendo. El fielato era donde paraban los comerciantes a pagar los aranceles antes de entrar a la capital con sus mercancías, y quedaba, por supuesto, fuera del casco urbano. Esa frase está pronunciada cerca del año 1900, o sea que seguramente se refiere a mediados del XIX. En el prólogo a la misma novela, Blasco Ibáñez dice que "vivía al final del paseo de la Castellana, casi en el campo" y cuenta que salía de casa andando y en lugar de ir al Congreso se iba a los arrabales a observar a los tipos humanos que luego cristalizarían en La horda. En apenas cien años, las cosas se han transformado mucho.
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© A. Noguera