16 de febrero de 2009
El futuro se llama Stajanov
Estaba el otro día leyendo a uno que se llamaba "emprendedor": "queremos emprender, queremos aportar ideas nuevas, pero ¿cómo? No hay financiación". Entonces, me di cuenta de que ese personaje llamado emprendedor ha estado durante todos estos años cortado por un mismo patrón:
- Es un adicto al crédito. No sabe empezar nada sin ir primero al banco. Le parece normal estar años y años chupando crédito a través de las "líneas" que le han abierto.
- Es irresponsable: si el negocio sale bien, se lleva el dinero; si sale mal, suspende pagos y se larga.
- La paciencia no es su principal virtud: esperar es de cobardes, hace falta forzar la situación metiendo mucho dinero (a crédito). Da la sensación de que, por alguna razón, el tiempo corre en su contra.
- Se siente iluminado, más listo que nadie. Se crece en su despacho llamando por teléfono. Es él quien sostiene al país, porque es él quien genera el dinero.
- Ante todo, el riesgo es la madre del cordero. Sin riesgo no puede haber negocio.
- Antes que un experto en algún campo, es un vendedor nato: de su producto, de su marca y hasta de su imagen personal.
Y de repente, se acaba el verano, la orgía crediticia, y viene el invierno económico. Entonces, algunas cosas cambian:
- De repente, ya el riesgo no interesa. Cuando tienes los garbanzos contados, quieres saber dónde los pones y por qué.
- Ya el crédito no te gusta tanto, los negocios no crecen tan rápido como antes y te interesa tener pocas deudas.
- Ahora está claro que la economía es un trabajo en equipo, ya no cree el gestor de una puta pyme que él solo sostiene España. Los proyectos son más colaborativos, se generalizan las cooperativas, no interesa quedarse demasiado solo.
- No existe ya el mito del emprendedor, ahora se habla de personas más o menos productivas. Nos damos cuenta ya de que lo mismo si nos hacemos un test de CI, nos medimos la polla o jugamos a la quiniela, hay miles y miles de cabroncetes iguales o mejores que nosotros. Gran putada.
- No hay prisas para nada, los negocios son una carrera de fondo. Para que vaya bien la cosa, hay que ser cocinero antes que fraile.
- El marketing y las corbatas pasan a un segundo plano. El factor calidad-precio es determinante.
- Si decían las feministas que "el futuro se llama mujer", ahora tiene todo el mundo claro que el futuro se llama Stajanov.
12:34:57 ---------------------
© A. Noguera