29 de septiembre de 2017
Trapero obedece, pero poco
Al final, todo se basa en la fuerza. En Cataluña, el jefe de los Mossos ha agachado la cabeza y
ha ordenado precintar los colegios electorales. Dice que "no se hará uso de la fuerza" (salvo que se use contra ellos) y que "se acompañará a las personas" hacia fuera.
Entonces, queda claro que los Mossos se someten a la autoridad madrileña e impiden el
referendum. Es un
referendum deseado y demandado durante años por el 80% de quienes les pagan las nóminas y les han comprado las armas, y ahora ese
referendum será abortado, con modales exquisitos, pero abortado.
Y digo yo: ¿para qué especulan con la famosa Declaración Unilateral de Independencia? ¿Es que la independencia no es un proceso de desobediencia? Si no van a desobedecer para preparar el
referendum, mucho menos lo van a hacer para actuar en consecuencia si el resultado es afirmativo.
Por tanto, mucha calma ante todo, no va a haber nada y Rajoy que se fume un purito y esté tranquilo. El pueblo catalán es un matriarcado que no tiene ni ha tenido media bofetada. Llegarán a la puerta del colegio, habrá una cinta de plástico y el señor Mosso les informará de que no hay votación y se deben volver por donde han venido. Las papeletas no harán falta y las cajas de plástico del bazar chino tampoco. A lo mejor alguno consigue pasar por debajo de la cinta y meter un papelito en una papelera, pero poco más.
Si algún día, en un momento dado, en lugar de rufianes y traperos, Cataluña tiene líderes capaces, ahí ya se verá. Puigdemont sí ha dado la talla y ha demostrado estar a la altura de su papel histórico. Romeva exactamente igual. Luego, otros no tanto.
Sencillamente, habrá elecciones autonómicas y se seguirá especulando. El problema es que, aunque gane la opción independentista, igualmente sin desobedecer nada va a ocurrir. Vamos a seguir juntos para siempre.
18:26:07 ---------------------
© A. Noguera