Es probable que estéis siguiendo el conflicto entre Irán e Israel y os cueste comprender lo que está ocurriendo, entre tanta desinformación pública y periodismo basura. Os voy a poner aquí lo que he venido a concluir después de indagar por los canales de YouTube.
Israel en la vida se esperaba que Irán le pudiese tirar los misiles en sus ciudades libremente. Toda su estrategia de acoso, abuso y genocidio se apoyaba en la seguridad de su llamada "cúpula de hierro", a modo de Muros de Constantinopla. Ese armamento defensivo está siendo superado por misiles supersónicos e inteligentes, que saben esquivar, y también por algún tipo de intervención en su software. Por más censura que hayan aplicado en los medios, por más periodistas basura que sigan manipulando, la realidad es que Israel está siendo bombardeado masivamente. Irán ha reventado incluso la sede de El Mossad, junto con la refinería petrolífera más importante del país y varias de las mayores bases militares. Israel también le ha hecho mucho daño a Irán, pero Irán es un país diez veces más grande.
Parece claro que hay implicada tecnología rusa. Pienso que muchos de esos misiles supersónicos que lanza Irán son rusos e incluso están siendo operados por rusos en suelo iraní.
Irán no es un loco que está solo. Aparte del apoyo obvio de Rusia, Pakistán ha dicho que apoyará a Irán por "todos los medios". Y, en el caso de Pakistán, "todos" los medios incluyen armas nucleares. China muestra de momento una actitud conciliadora, pero su interés está del lado de Irán y contra EEUU.
Un aspecto que se está dejando fuera y que puede ser importante es el de la religión. El Ayatolá es el líder de toda la tendencia chiíta del Islam, y esa tendencia incluye todo Irán, el 60%-65% de Irak y el 20%-25% de Pakistán, además de la amplia mayoría de Azerbaiyán y Baréin. En total, unos 300 millones de personas. La idea que tiene Netanyahu de asesinar a Ali Jamenei es como pensar que alguien puede bombardear el Vaticano y matar al Papa sin que los otros países europeos entren en el conflicto. Al final, la Guerra Santa acabará llegando, y esto es lo que probablemente busque Netanyahu, una escalada global.
EEUU se cree más fuerte de lo que realmente es. No sólo su tecnología está siendo superada, sino que ignora su limitada capacidad bélica. Consideremos, por ejemplo, un país como Pakistán: una población total de 247 millones de habitantes, pero 100 de ellos en edad militar. EEUU tiene el doble de población que Pakistán, pero también 100 millones en edad militar. ¿Cuál de los dos ganaría en un conflicto? Dirá alguien que EEUU, porque tiene mejor tecnología, pero hemos visto en la Guerra de Ucrania que la tecnología y el armamento los ceden otros, mientras que la guerra la gana el último que mantiene a sus soldados en pie. Como decían los Aliados de la Humanidad: la tecnología se compra o se copia, mientras que la cohesión, la convicción y la adhesión a una idea son la verdadera fuerza. EEUU, con una sociedad envejecida, dividida y afeminada, no puede ni con Pakistán, no digamos ya con un gigante como China, que multiplica por más de cuatro su población en edad militar.
Y esto me lleva a otra conclusión: lo que aquí estamos viendo es el fin de Bretton Woods. El bloque asiático ha detectado la debilidad de EEUU, lo ha visto salir de Afganistán, lo está viendo inhibirse en Ucrania, y esto le lleva a querer disputar la supremacía. Irán ha comenzado a preparar abiertamente la bomba nuclear, y con esto ha provocado la intervención de Israel.
Lo que vamos a ver en los próximos días es la verdadera composición de la plutocracia estadounidense. Desde un punto de vista racional, si se piensa en los intereses del pueblo de EEUU, es obvio que se debe parar a Israel y obligarlo a llegar a acuerdos, pero el componente judío en esa plutocracia puede llevar al país al desastre, como le ocurrió a la Alemania de Guillermo II, el amigo de los Kaiserjuden.
El estado de Israel, como subproducto de Bretton Woods, afronta un difícil futuro. Sin la tutela del amigo americano, este enclave problemático será suprimido.
Europa está haciendo bien en quedarse al margen. Israel es un mal amigo y EEUU está en declive. Yo espero que, después de habernos "acusado" de venderle coches y decir que va a invadir Groenlandia, no vaya a venir Trump a pedir ayuda para una guerra mundial. Nosotros tenemos aquí que armarnos hasta los dientes, afianzar nuestra posición y decirle a Trump que se lleve las bases. No queremos nada con nadie, ni guerras ni tratados para entrar en bloques. También tenemos que evitar que una posible diáspora posterior a la caída de Israel nos llene los países de gente que sólo busque parasitar y aprovecharse.
Martín Varsavsky, que ha apoyado en las televisiones el genocidio de Gaza, ya tiene desde hace algo más de un año preparado en el sur de Argentina un refugio para la guerra nuclear, para salvarse él y sus congéneres. Ésa es su mentalidad.