Quiero hacer en este artículo un análisis de las cadenas de bloques como tecnología actual y a futuro, dada su consolidación en nuestra cultura y el uso creciente que están teniendo. Ya me he referido a ellas en otras ocasiones, pero ahora quiero que este artículo profundice un poco más y quede integrado en la serie La gestión del conocimiento.
Las llamadas "criptos" pueden entenderse como el Bitcoin y todas las derivaciones que han ido surgiendo después. No voy a extenderme todavía en el uso del Bitcoin como reserva de valor, eso lo haré más abajo. La cuestión de la que me quiero ocupar primeramente es el uso del Bitcoin para pagos por bienes y servicios, lo que aparentemente fue la primera intención en su creación.
El uso del Bitcoin para pagos es hoy todavía prácticamente testimonial por varios motivos bastante obvios:
Es cierto que, técnicamente, el Bitcoin sí que tiene curso legal en la República Centroafricana, donde los comercios simplemente ponen el precio en dólares y aceptan el pago de su equivalente en ese momento en bitcoin. En El Salvador, donde también esto se intentó, la experiencia fue un fracaso.
Un intento serio de impulsar el Bitcoin como medio de pago ha sido la red Lightning. Esta red, básicamente, lo que hace es pignorar una cantidad de bitcoin y emitir unidades más pequeñas de otro activo distinto referenciado al bitcoin. Esa otra red paralela tiene otro protocolo menos garantista pero mucho más rápido y con unos costes más bajos. Es un sistema parecido a los CFD que usan los broker tradicionales para acciones cotizadas.
Como ya explicó muy bien Satoshi Nakamoto desde el principio, el problema de las redes descentralizadas es que tardan un poco en actualizar los saldos, porque la información debe propagarse en miles de servidores y puede aparecer el llamado "problema del doble gasto". Ese problema básicamente consiste en la posibilidad de que alguien malintencionado gaste dos veces el mismo saldo con tan poca diferencia de tiempo que algunos servidores acepten la segunda transacción como válida porque todavía no han sido notificados de la primera. Por ese motivo, Satoshi Nakamoto dejó desde el principio muy claro que había que esperar diez minutos entre una transacción y otra.
La red Lightning lo que promete es no tener que esperar esos diez minutos, y se ve entonces obligada a tomar otro tipo de medidas, como por ejemplo confiscar todos los activos de la cartera que ha hecho ese intento de doble gasto. Pero esto no ha sido una solución perfecta, porque ha habido usuarios que han realizado ese doble gasto sobre el saldo completo de su cartera, y ha habido también otros desafortunados que han tenido un problema temporal de conexión a internet y sus clientes Lightning han acabado enviando la transacción dos veces por error y se les ha limpiado todo el saldo. Por todo esto, el uso de Lightning sólo se aconseja para cantidades muy pequeñas.
Además, hay un problema de comisiones, porque para participar en Lightning hay que aportar previamente un número de bitcoin transfiriéndolos a la red, lo cual ya genera las comisiones correspondientes, y a partir de ahí sólo se puede gastar hasta ese número. Es decir, que las comisiones de Lightning, por pequeñas que sean, se tienen que pagar además de las de Bitcoin, salvo que se pretenda hacer numerosos movimientos de cobros y pagos. Esto me suena a mí a especulación y trading, no a una persona que cobra su sueldo y luego lo va gastando en muchas cosas.
Hay también que añadir que cada intercambio de cualquier criptoactivo produce obligaciones fiscales en el país de residencia, y es obligación de esa persona computar la plusvalía o minusvalía en cada operación. Esto no lo hace nadie y Hacienda, de momento, no acaba de entrar en ese campo porque son cantidades muy pequeñas.
Al final, el uso actual de Lightning está restringido a servicios centralizados como OpenNode, BTCPay Server o CoinGate, ninguno barato. Existen aplicaciones que permiten instalar un cliente Lightning incluso en el móvil, pero tienen muy poco uso.
La realidad técnica es que, actualmente, los pagos instantáneos tipo Bizum requieren un servicio centralizado, porque no es posible evitar la fase de propagación de datos en las redes distribuidas. Es posible que, cuando las conexiones de red mejoren mucho más su velocidad y fiabilidad, esa fase consuma sólo unos pocos segundos, pero todavía estamos lejos de esa situación.
Otra de las grandes iniciativas cripto ha sido el Ethereum. La idea de esta red fue usar la plataforma del Bitcoin para alojar aplicaciones que tuviesen, dentro de su lógica, el intercambio del activo monetario, llamado ether. Estas aplicaciones se suponía que se podrían usar para cualquier propósito, y sus datos de actividad deberían estar también alojados en la red. La realidad es que el crecimiento de Ethereum y la inescalabilidad de su protocolo hicieron que la red quedase saturada desde el principio y el coste de alojar una aplicación se disparase.
Si se tiene en cuenta que el almacenamiento de un simple megabyte en la red Ethereum tiene un coste actualmente de 1,6 millones de euros, no se ve qué aplicación orientada a servicios ordinarios pueda ser rentable ahí. El motivo de este coste absurdo no es otro que el haber diseñado la red para que replique exactamente toda la información en todos los nodos, por lo que un nodo archivador ocupa ahora mismo ya unos 5TB, aunque hay otro nodo más reducido que se conforma con 400GB. Esto, replicado por los 11.000 nodos activos, es lo que da ese coste aberrante de hardware.
La realidad de Ethereum es que prácticamente todas las aplicaciones lo único que alojan en la red es una especie de dirección de acceso primario a los datos, y esos datos se alojan realmente en servidores privados. Esto lo que hará será que, con el tiempo, la mayor parte de las aplicaciones queden muertas y en estado zombi.
El uso real de Ethereum gira en torno a aplicaciones financieras como, por ejemplo, Uniswap, que guarda lo mínimo en la cadena y tiene otro almacenamiento externo off chain. Todas las llamadas DeFi funcionan así, lo mismo que los mercadillos NFT y las soluciones de "capa 2" o las "tokenizaciones". Pero el uso de todo esto sigue restringido al mundo cripto, como un gran casino que se cierra en sí mismo. La afectación de todo esto al mundo real es mínima.
El "éxito" de Ethereum se debe a haber centralizado el uso de su wallet Metamask. Ethereum y su token estándar ERC-20 hoy son una excusa para poder usar su wallet, porque las aplicaciones aparecen allí sólo para llevar a los usuarios a sus otras redes. Se ha ido construyendo todo sobre la red de Ethereum y el ERC-20. Si una aplicación usa la red Ethereum, su token aparece directamente en Metamask. Si usa el ERC-20 pero no la red de Ethereum, aún puede aparecer si el usuario selecciona esa red. Quien no tiene token ERC-20 no aparece en Metamask.
A rueda de Ethereum, o adosadas a ella, han salido redes de "capa 2" como Polygon, que básicamente son como Lightning, titulizaciones de bloques de ether que pueden negociarse sin tener que mover esos ether.
Otras redes que han sido copia o intentos de mejora de Ethereum son Cardano, Polkadot o Solana, entre otras. Cardano ha aportado el sistema de staking, algo así como dividendos de las unidades que ya se poseen, y para ello inventó la llamada "prueba de participación", que sustituyó la necesidad de una computación incremental y se puso a distribuir las nuevas emisiones en función del número de unidades que ya se poseyesen. No voy a alargarme mucho en esto, la realidad es que, si el staking se basa en nuevas emisiones, a modo de ampliaciones de capital, el valor total sigue siendo el mismo y el único que gana es el que gestiona ese staking, porque para conseguirlo hay que prestar los activos a un tercero que acceda a ese reparto y se quede con una comisión. En el momento en el que estas redes dejen de crecer, el valor de su moneda bajará sin remedio, por mucho staking que tengan.
Otra iniciativa ha sido la de Polkadot, que básicamente introduce en su protocolo la distribución inteligente de los datos, sin tenerlos que replicar en todos los nodos. Esto soluciona el primer problema de Ethereum, el elevado coste del almacenamiento, pero no el segundo, que es su falta de utilidad.
Otra de las que han estado de moda recientemente es Solana, que ha aportado más velocidad en las transacciones, pero no una utilidad real, más allá de ser otra ficha de casino on line.
Otra iniciativa interesante han sido las DAO (decentralized autonomous organization). La idea que aportan es usar los contratos inteligentes para gestionar aportaciones colectivas, tipo ONG, e incluso relaciones laborales a modo de cooperativa. Al igual que Ethereum, tienen una fuerte ineficiencia operativa y, como no sirven para especular, han despertado muy poco interés. Sí que tienen un cierto uso a modo de accesorio para la gestión de otras redes más grandes.
Otro animal cripto distinto es el NFT. Aquí la idea es identificar cada una de las unidades de esa moneda con una marca y dejar un huequecito para escribir datos discrecionales. El volumen de esos datos no suele superar los 32KB y ahí dentro se han dejado pequeños textos y muñequitos pixelados, sin que hayan faltado tampoco los que simplemente enlazan a sus servidores privados. Se ha especulado con un uso de esta idea a modo de entradas para partidos o cosas similares, pero nada se ha hecho. En el mundo tecnológico este tipo de ideas se suelen calificar como "una solución en busca de un problema". No parece que vaya esto a tener nunca relevancia. Sí que ha habido y sigue habiendo mercadillos en los que se especula con estos activos a modo de juego de azar o simple cacería de pardillos. También pienso que sirven para blanquear dinero por el obvio método de comprarse el NFT a uno mismo desde dos cuentas distintas.
Otro concepto que ha despertado interés ha sido el de las "tokenizaciones". Esto no es más que un vínculo legal entre la propiedad digital y la propiedad privada tradicional de un activo subyacente. Obviamente, para esto hace falta un estado que asegure ese vínculo. Se habla de crear redes con criptomonedas que representen fragmentos de inmuebles, lingotes de metales preciosos, materias primas, licencias negociables, derechos o cualquier otro activo legal en un país. Se ha hablado también de "tokenizar" acciones de empresas. Se trataría de la creación de un nuevo mercado financiero mundial, aunque requeriría el apoyo de los estados. Un factor positivo de estas "tokenizaciones" es que no tienen la ineficiencia de Ethereum y sus derivados.
Las stable coin tienen algo que ver con las "tokenizaciones". Se trata de "tokenizar" monedas fiduciarias como el dólar o el euro. Esto ha funcionado en un principio sin apoyo legal, a veces con un colateral que no ha cubierto el total de lo emitido, a modo de "reserva fraccionaria", pero hace pocos días EEUU ha emitido una normativa que impone la licencia obligatoria, el colateral del 100%, las auditorías semestrales y la supervisión regulatoria de la Reserva Federal, convirtiendo a las stable coin en algo bastante más seguro que un saldo en una cuenta bancaria. Europa en 2023 ya había sacado el Reglamento MiCA, que básicamente venía a decir lo mismo. Todo esto viene a permitir las transferencias en monedas fiduciarias por todo el mundo y los cambios de divisa con costes fijos inferiores a $1.
Por otro lado, se han planteado las CBDC (central bank digital currency), emisiones directas de moneda fiduciaria de curso legal en forma de criptomoneda. Este concepto se estudió en EEUU, pero al final ha sido abandonado por la administración Trump después de regular y legalizar las stable coin del dólar. La Unión Europea sigue estudiando la emisión de este activo, que en todo caso no sería negociable en los exchange tipo Binance, CoinBase o Kraken. Lo interesante aquí estaba en la ausencia de multiplicador bancario, en la idea de que no iba a haber una reserva fraccionaria. Esto también ha sido el miedo del BCE, y por eso se ha quedado pensando y pensando durante años. La realidad es que, después del movimiento de EEUU, parece que las CBDC propiamente dichas no van a prosperar y las que lo harán serán las stable coin.
La diferencia principal entre usar una CBDC y una stable coin es que en el primer caso no hay multiplicador bancario y en el segundo sí, porque ingresan su colateral en bancos tradicionales y pasa a formar parte de su reserva fraccionaria. Este detalle ha sido muy importante en la decisión de Trump. Pienso que Europa va a acabar haciendo lo mismo, por las presiones de los bancos.
Otra de las etiquetas que han sonado ha sido la llamada Web 3, que sería una evolución de lo que se llamó Web 2.0 hace algo más de una década. Esta Web 3 estaría formada por diversos servicios basados en cadenas de bloques. De momento, de esto no hay nada.
La situación actual real de las cadenas de bloques es que deben dividirse entre el Bitcoin y otros intentos. Del Bitcoin voy a hablar ahora mismo, y en los otros intentos sólo puede encontrarse una cierta utilidad en las stable coin y las "tokenizaciones", una utilidad pequeña. La utilidad de todo lo que se mueve por Ethereum y sus derivados podría estar en una mejora en el sector de los juegos de azar.
Pienso que es el Bitcoin el que tiene una importancia mucho mayor de la que se percibe actualmente. De entrada, su software está diseñado desde el principio para esa actividad, por lo que no ha dado los problemas de escalabilidad de Ethereum.
Tal vez el problema más grande que haya dado el Bitcoin hasta ahora haya sido la extrema volatilidad. Son famosas sus caídas de más del 70% en 2011, 2013-2015, 2017-2018 y 2021-2022. La severidad de esos "criptoinviernos" ha ido reduciéndose levemente, si la de 2011 fue del 94%, las siguientes fueron del 87%, 82% y 76%. Aun así, es claro que se trata de un activo con una alta volatilidad que aún no es apto para gestionar pagos.
La pregunta es si esa volatilidad seguirá reduciéndose conforme la base de usuarios se siga ampliando. Si esto es así, a partir de cierto umbral comenzará el uso verdaderamente monetario del Bitcoin, y eso abrirá una nueva situación.
El gran elefante en la habitación de todo el sistema monetario mundial es el multiplicador bancario, muy por delante del carácter fiduciario. En Europa y EEUU, casi el 90% de la masa monetaria ha sido creada por el multiplicador bancario. En la eurozona, por ejemplo, la masa monetaria M3 suma más de 15 billones de euros, pero la base monetaria, el dinero que directamente ha sido emitido por los bancos centrales, apenas suma dos billones. Quiere esto decir que la idea de que "los estados imprimen billetes" no es falsa, pero la mayor parte del problema no está ahí.
Ese derecho de los bancos privados a inventar el dinero y sacarle rendimiento es lo que ha producido durante siglos toda la inflación que crónicamente ha ido erosionando los salarios. Es una estafa que las oligarquías han aprovechado muy bien para ir acumulando capital en forma de activos reales que se han apreciado sin parar. Pero el trabajo, al estar denominado en moneda inflacionaria, ha tendido a depreciarse la mayor parte del tiempo.
He explicado ya en otro artículo de esta serie la influencia directa del multiplicador bancario en las llamadas crisis cíclicas del capitalismo, que no son más que saturaciones de la deuda. Una vez que se desencadenan esas crisis, es casi imposible para los estados evitar emitir más masa monetaria en sustitución de la que destruye el sector bancario privado, lo que da ese carácter inflacionario crónico a las monedas.
Cualquiera que pretenda diseñar un modelo económico justo y estable deberá empezar por la eliminación del multiplicador bancario. Esa operación no es nada fácil, porque existen grandes apalancamientos y redes clientelares, pero es algo que progresivamente se deberá hacer.
Obviamente, la mejor forma de eliminar el multiplicador bancario no es crear una CBDC que drene toda la masa monetaria bancaria y produzca una cadena de impagos. No creo que las actuales monedas puedan volver a su base monetaria sin convulsionar la sociedad. Sí que creo que una nueva moneda no inflacionaria puede ir tomando cada vez más importancia en pagos hasta que la antigua moneda fiduciaria sufra una devaluación terminal, a modo de marco alemán en 1923 o austral argentino en 1991, por poner sólo dos ejemplos de los muchos que hay. Tampoco este proceso está exento de riesgos, y los estados deberían vigilar el poder adquisitivo de los salarios, pero el resultado final sería una economía mucho mejor, con un crecimiento lento y estable y una valoración justa del trabajo, previo reseteo de todas las deudas.
Una economía sin que los bancos pudiesen emitir moneda sin respaldo sería algo muy diferente. En primer lugar, desaparecería el crédito bancario y todo el crédito sería titulizado. Esto lo que significaría es que los bancos, para poder dar crédito, deberían captar previamente ese dinero de los ahorradores mediante bonos u otros títulos de deuda, y los que comprasen esos activos verían que el importe se detrae del saldo de su cuenta bancaria. No podría una unidad monetaria existir varias veces en varios lugares.
Otra consecuencia sería el mejor rendimiento del ahorro, dado que el capital sería más escaso. La situación actual en la que el sistema premia al deudor y castiga al ahorrador se revertiría. Y esto afectaría también a la renta variable, que siempre está obligada a rendir por encima de los bonos.
Cuando digo que habría un mejor rendimiento, también estoy diciendo que los precios bajarían. Si una acción de las grandes tecnológicas se ve obligada a pasar su rendimiento por dividendo del 2% al 4%, técnicamente debería bajar su precio a la mitad. Con estas últimas subidas de tipos, los bonos ya han sufrido bajadas, pero la renta variable, por algún motivo, se resiste a hacerlo. Que la bolsa baje es algo bueno porque permite un mejor rendimiento del ahorro.
El mercado inmobiliario, en esta nueva situación, sufriría un fuerte enfriamiento porque las hipotecas no serían tan fáciles de pagar. El trabajador, en lugar de endeudarse de joven para pagar intereses durante toda su vida, viviría de alquiler durante unos años y adquiriría una vivienda cuando tuviese el ahorro suficiente. Esto no sería tan difícil si se tiene en cuenta que los precios habrían bajado considerablemente y durante ese tiempo su ahorro hubiese estado rindiendo bien. Los precios desorbitados que tiene la vivienda actualmente no se deben al trabajo sino a la inflación por el bajo coste del crédito.
Gran parte de la acumulación de capital de las oligarquías en estas últimas décadas proviene del endeudamiento del obrero. No habiendo intereses por cobrar, sería más difícil componer esas grandes masas que han provocado esas grandes diferencias entre ricos y pobres. La ventaja en este caso es de conocimiento: el obrero no sabe invertir, y por eso se siente obligado a "colocar" su pequeño ahorro en una vivienda para evitar la devaluación, pero esa vivienda tiene un precio que lo obliga a endeudarse al máximo. Es una rueda en la que se entra de joven y se sale de viejo.
En una situación económica sin multiplicador bancario, la masa monetaria sólo crecería por las nuevas emisiones de los bancos centrales. Esas emisiones pueden ser también excesivas y dar lugar a la inflación, pero si se actúa con un criterio técnico se puede controlar siempre la situación y evitar todos esos ciclos de crédito que acaban siempre en grandes deflaciones y crisis. El crecimiento sería más lento pero constante, no sometido prácticamente a oscilaciones. El crecimiento económico lo daría la mejora del conocimiento y los procesos, y las cosas tenderían a abaratarse.
Otra cuestión distinta es el uso de una moneda mundial o regional no inflacionaria. No creo que se pueda establecer una única área económica para todo el mundo actualmente, por los distintos grados de desarrollo. Lo que sería más adecuado es establecer regiones de tamaño más o menos continental que abarcasen unas decenas de países y que estuviesen lideradas por la potencia más destacada. Al final, quedarían cuatro o cinco grandes regiones económicas: América, Europa, Asia, África y Oceanía. Cada una de esas regiones podría tener una única moneda y derechos de libre comercio y circulación de capitales y personas, pero no se relacionaría nada con las demás regiones. Esto sí que lo veo factible para evitar esos déficits comerciales y ese esclavismo que ha habido hasta ahora por culpa del libre comercio entre Oriente y Occidente. A mucho más largo plazo, cuando el desarrollo de estas regiones fuese más parecido, podría establecerse un área económica mundial.
Una moneda no inflacionaria obligaría a los estados a un cambio en su fiscalidad. El déficit presupuestario crónico no se debe a otra cosa que a unos impuestos demasiado bajos, por más que los que disfrutan de esa fiscalidad insuficiente se dediquen a clamar contra el déficit público en sus medios de comunicación. Es cierto que hay que acabar con el déficit, pero no por reducción de la inversión pública sino por aumento de la actividad económica directa estatal y la recaudación de impuestos.
Las situaciones de privilegio de las castas liberales y el saqueo del estado no son sostenibles. El modelo económico liberal no tiene nada de libre, está completamente amañanado a favor de las oligarquías.
Otra característica que los criptoactivos aportan es su inenajenabilidad directa. No existe ninguna autoridad pública que pueda acceder directamente a esos activos si no dispone de las claves. Se podrá encarcelar a la persona responsable de algún delito, pero no se podrá nunca embargar cuentas ni bloquear transferencias ni tomar posesión de nada si el usuario maneja directamente su clave privada.
Hay que tener siempre en cuenta, cuando se habla de modelos económicos a futuro, la emergencia de la inteligencia artificial. Hasta ahora, todas las políticas de tipos de interés, tasas de depósito y emisiones de nueva masa monetaria se han hecho "a ojo de buen cubero" mediante pequeñas asambleas entre políticos y técnicos financieros. La realidad es que muy pronto la IA va a poder procesar cantidades ingentes de datos en tiempo real y tomar decisiones al respecto, por lo que es posible que se reduzcan los errores, o por lo menos el ciudadano tenga conocimiento de la corrupción de sus políticos y de sus decisiones contraproducentes. No va a ser tan fácil bajar tipos para producir burbujas y ocultar ese hecho al votante. Tampoco va a ser tan fácil vivir de la expansión monetaria si la IA está avisando de la llegada de una crisis inflacionaria por ese motivo en unas fechas concretas. También la cotización de una moneda en el mercado de divisas quedará en manos de la IA.
En relación con esto, no soy partidario de fijar las monedas a un activo escaso, como pueda ser el oro. Pienso que existen muchas situaciones en las que la emisión monetaria sin respaldo por parte de un estado tiene sentido, como por ejemplo las crisis deflacionarias o la excesiva revalorización de esa moneda. Un ejemplo muy claro fue la pandemia de 2020, cuando los estados consiguieron sortear la peor parte de las consecuencias económicas mediante fuertes emisiones. Cualquier otra opción hubiese sido catastrófica socialmente.
Hay muchos partidarios del llamado "patrón oro", que históricamente no ha sido más que una estafa. El patrón oro se ha implantado en casi todos los países occidentales en algún momento y siempre ha debido retirarse tras las derrotas militares o las crisis deflacionarias: Alemania, Francia y Rusia tras la I Guerra Mundial. Reino Unido, Japón, Canadá y Australia tras el crack del 29. EEUU lo ha retirado dos veces: tras el crack del 29 y tras la derrota en Vietnam. No vale la pena volverlo a intentar, el patrón oro lo único que hace es dejar en manos privadas la emisión de masa monetaria, y eso es un desastre aún mayor. Nunca ha habido ningún estado que haya tenido realmente el oro que corresponde a la masa monetaria que realmente está en circulación, sólo se supone que tienen el oro que corresponde a la base monetaria emitida por ellos. Como ya he explicado, esa base no supera el 10%.
La tecnología de las cadenas de bloques fue creada por Satoshi Nakamoto como base de funcionamiento del Bitcoin. La revalorización de este activo ha despertado grandes fantasías en muchas personas y se han impulsado muchas iniciativas que no han ido mucho más allá de añadir una opción nueva al sector de los juegos de azar. Sí que puede tener interés que los estados aporten respaldo legal a ciertos usos, como las transferencias de monedas de curso legal o las titulizaciones de otros activos, pero sólo el Bitcoin muestra unas cualidades únicas y disruptivas en nuestras economías:
Todo esto anticipa cambios muy grandes en las relaciones económicas y desactiva el control que las grandes oligarquías capitalistas históricas han ejercido sobre el valor del trabajo.
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